Antioxidantes: elixir de la juventud.
La piel es como un reflejo de nuestro interior, es el órgano más visible de nuestro organismo y refleja cualquier tipo de carencia que estemos sufriendo.
Debemos beber mucha agua, cuidarnos del sol excesivo y alimentarnos de forma correcta para mantener la piel saludable.Existen unos nutrientes, los antioxidantes, que previenen el envejecimiento de la piel y luchan contra los dañinos radicales libres.
La mayoría de los antioxidantes se encuentran en alimentos vegetales, lo que explica que incluir frutas, legumbres, verduras y hortalizas frescas en nuestra dieta sea tan beneficioso para nuestro bienestar general y para el aspecto radiante de nuestra piel.
Los antioxidantes previenen el envejecimiento de la piel y luchan contra los radicales libres.
La solución más saludable está en la naturaleza. Los productos que contienen antioxidantes, como los vegetales
Otros factores externos, como la contaminación, el sol, el exceso de tabaco o alcohol también contribuyen a su formación. Los radicales atacan las células de nuestro organismo y precipitan el envejecimiento, la deshidratación, las arrugas (formas de prevenirlas) y la aparición de manchas.
Los antioxidantes nos protegen de su acción y, aunque el cuerpo humano dispone naturalmente de ellos de forma natural, su función disminuye con los años. Proporcionar al cuerpo estas beneficiosas sustancias mediante la alimentación es una manera saludable de alargar la juventud y el bienestar general. Los radicales libres también contribuyen a los procesos celulares degenerativos propios del cáncer, por lo que una dieta rica en antioxidantes puede prevenir o retardar el desarrollo de esta enfermedad.
La lista de antioxidantes naturales y alimentos que lo contienen es muy extensa, por tanto, es muy fácil incluirlos en nuestra dieta diaria.
Los antioxidantes naturales son sustancias que se encuentran en los alimentos.
Son ricos en antioxidantes los alimentos que contienen betacarotenos, flavonoides, (cebollas, puerro, apio, manzanas, uvas, chocolate negro, tomate…), vitamina C (perejil, tomate, coles, brócoli y cítricos en general), vitamina E( aceite de girasol, germen de trigo, cacahuete, almendras, cereales) y vitamina A (alimentos de color naranja, nueces, hígado de ternera, pollo y cerdo) selenio y zinc (frutos secos, marisco…) y licopeno entre otros.