Las autoridades desaprueban la manifestación prevista para el día 16 de septiembre para reclamar la no apertura de una mezquita en la calle Japón de Barcelona.
Mientras el pasado 11 de septiembre miles de catalanes( según datos de la Guardia Urbana cerca de un millón de asistentes) inundaban algunas de las principales calles de Barcelona con motivo de la Diada reclamando la independencia de Cataluña, Ada Colau niega el permiso a un grupo de vecinos para realizar una humilde manifestación.
Los vecinos explican las razones que tienen para no albergar una mezquita en la calle Japón.
Los vecinos de la calle Japón, del distrito de Nou Barris, llevan meses realizando diversas ensordecedoras caceroladas y alguna que otra manifestación pacífica con motivo de la próxima apertura de una gran mezquita en esta calle de reducidas dimensiones. Los vecinos se han levantado en pie de guerra contra la actuación del Ayuntamiento, pues consideran que Ada Colau hace oídos sordos a los motivos que les han llevan a rechazar la apertura de este nuevo centro de culto religioso.
Tras siete meses, Ada Colau sigue sin resolver el conflicto con los vecinos de la calle Japón de Barcelona.
La lucha vecinal de la calle Japón contra la imposición de la mezquita no se rinde y hoy, sábado 16 de septiembre tenían convocada una manifestación en sus inmediaciones.
La pasividad y falta de voluntad por parte del ayuntamiento ha provocado que los vecinos den a conocer su versión a través de las RRSS.
Desde el Ayuntamiento de Barcelona, cuya máxima responsable es Ada Colau, se han vulnerado los derechos de los vecinos de la calle Japón de Barcelona al prohibir la manifestación (autorizada desde agosto) en protesta por la apertura de una mezquita. La prohibición la han comunicado tan solo 24 horas antes de celebrarse. Los vecinos queremos comunicar a Ada Colau que no es Democracia prohibir manifestarse por no pensar como ella, que nuestro país no es Venezuela. Ante este atropello, caciquismo y vulneración de los derechos fundamentales para los ciudadanos barceloneses, los vecinos de la calle Japón decimos: #CalleJaponNoSeRinde«, ha manifestado la representación vecinal.
El equipo de Colau está intentando vincular la negativa de la mezquita a movimientos de ultra-derecha, y está azuzando a varias entidades del barrio.
Los gobiernos municipales deberían apostar por la resolución de los conflictos y, no azuzar al enfrentamiento entre vecinos.