Uno de los momentos más esperados en la ciudad de Málaga es el desembarco y el traslado del Cristo de Mena o Cristo de la Buena Muerte, ver vídeo.
Dentro de las principales actividades religiosas que tienen lugar durante la Semana Santa en España, hay una que destaca por su simbología: el desembarco de la Legión y el posterior traslado del Cristo de la Buena Muerte en Málaga.
Miles de personas venidas de todos los rincones de España abarrotan año tras año el puerto de Málaga, el casco histórico y la explanada de Santo Domingo para recibir a La Legión y asistir al posterior traslado del Cristo de Mena. El desembarco de La Legión el Jueves Santo constituye uno de los actos más carismáticos de la Semana Santa española con un fuerte arraigo popular.
El traslado del Cristo de la Buena Muerte es uno de los momentos álgidos de la Semana Santa malagueña.
Históricamente la participación de unidades militares en los desfiles malagueños durante la Semana Santa se remonta al siglo XVII, aunque no fue hasta el siglo pasado cuando La Legión inicia su participación en la Semana de Pasión de Málaga. Fue el Jueves Santo 17 de abril de 1930 cuando desembarcó por primera vez la Unidad Legionaria en el puerto de Málaga. Desfiló por la calle Larios hasta el cuartel de Capuchinos, lugar donde se alojó aclamada por centenares de malagueños.
En el año 1928 el Arzobispo Castrense de España, declaró al santísimo Cristo de la Buena Muerte y Ánimas protector oficial de La Legión española.
El acto consiste en el desembarco de la compañía de honores en el muelle 2. Allí forman delante de las numerosas autoridades militares, civiles, religiosas presentes y ante el numeroso público que se da cita. Tras ello, la máxima autoridad militar o civil que preside el desembarco, pasa revista a la Unidad antes de que la Legión abandone el puerto de Málaga desfilando en dirección a Santo Domingo. Los legionarios trasladan a hombros la imagen del Cristo de la Buena Muerte comenzando desde el interior de Santo Domingo al ritmo de los sones del himno nacional hasta la casa de la hermandad, donde reposará en su trono. Tras la entronización del Cristo de Mena , la compañía de honores, la banda de guerra y música de la Legión abandonan la plaza desfilando. El himno de la Legión «El novio de la muerte» marca el ritmo de una jornada emblemática y esperada por miles de asistentes.