Es fundamental que preparemos un pequeño botiquín veraniego para las vacaciones.
Se acercan las vacaciones y tenemos que ir seleccionando todas aquellas cosas que necesitamos durante nuestra estancia fuera de casa. Bañadores, toalla, calzado, etc… pero si hay algo que no debe faltar nunca en nuestra maleta es un botiquín de primeros auxilios, sobretodo si tenemos niños en la familia.
Hay que ser previsores sin llegar a ser alarmistas, por tanto, repelente de insectos, medicamentos para las picaduras, contra la acidez y el mareo, protectores solares, apósitos… son algunos de nuestros imprescindibles para disfrutar plenamente este verano de nuestras vacaciones.
LOS MOSQUITOS.
Si somos propensos a que los mosquitos nos piquen, una vez nos hayan picado debemos evitar, en la medida de los posible, el rascarnos, ya que de lo contrario al tocar la picadura podría llegar a infectarse. Para aliviar el picor, podemos recurrir a remedios naturales como aplicar un poco de vinagre o una rodaja de cebolla encima de la picadura, aunque en las farmacias también encontramos productos refrescantes que ayudan a minimizar el picor. Pero, ¿cómo evitamos que nos piquen? en el mercado encontramos infinidad de productos: parches, pulseras, sprays.. tanto para adultos como para niños, algunos de ellos son productos a base de plantas naturales como la citronela o el eucalipto de limón.
PROTECTORES SOLARES.
La largas exposiciones solares hacen de los protectores solares nuestro aliado más imprescindible del verano. Antes de adquirir un protector solar hemos de conocer el factor de protección que nuestra piel necesita. Una vez lo conozcamos en el mercado encontramos diferentes texturas: cremas, sprays y geles. Recuerda que el rostro necesita un protector solar específico y, no olvides, que los labios también necesitan cuidados con labiales concretos.
APÓSITOS. En muchas ocasiones las heridas van precedidas de una caída, por ello, es importante incluir en nuestro botiquín veraniego gasas, algodón… Antes de utilizar cualquier apósito debemos desinfectar la herida con antisépticos y, a continuación, cubrirla para que no quede expuesta a una nueva fricción e, incluso, infectarse. No olvides, por tanto, incorporar tiritas y protectores que no sólo sirven para prevenir y curar rozaduras, ampollas y heridas, sino que también encontramos algunas con propiedades regeneradoras, resistentes al agua y a la suciedad.