Los barceloneses en pie de guerra contra el Belén de Ada Colau.

Los barceloneses en pie de guerra contra el Belén de Ada Colau.

Un año más llega la Navidad y se monta el Belén, es el cuarto año que los barceloneses ponen el grito en el cielo después de ver las ocurrencias del Belén de Ada Colau.

Ada Colau vuelve a liarla con el Belén de Navidad

Desde que Ada Colau llegó a la alcaldía de Barcelona ha impuesto a los barceloneses una Navidad sin tradiciones ni valores católicos. La Navidad no sólo es una fiesta de componente religioso sino que en las principales ciudades del mundo que albergan diferentes culturas y creencias también se celebra, pues se entiende como un fenómeno cultural. Países con altísimos índices de laicismo y agnosticismo también engalanan sus calles y plazas principales con escenografías cargadas de tradición, cultura e historia.




Los barceloneses en pie de guerra contra el Belén de Ada Colau.Año tras año el tradicional Belén que se colocaba en la plaza Sant Jaume ha pasado a ser un esperpento de carácter abstracto, además de ser del desagrado de la gran mayoría de barceloneses. Para más enfado de los ciudadanos, el polémico pesebre que está Navidad 2018 ocupa la plaza Sant Jaume le ha costado a los barceloneses la friolera de casi 148.000€ , un coste muchísimo más elevado de lo que supone el tradicional belén que se exponía años atrás.

En un ejercicio de gran imaginación los catalanes y todos aquellos ciudadanos que se acerquen a contemplar el Belén, han de interpretar que unas sillas vacías alrededor de una mesa simulan una cena familiar y dichas sillas como las imágenes de Jesús, María o José entre otros… Este Belén ya ha sido calificado por algunos catalanes como un insulto a la inteligencia.

Desde la oposición el líder del PP en el Ayuntamiento de Barcelona, Alberto Fernández, ha reclamado a Ada Colau que sustituya el “bodrio pesebre por un Belén tradicional respetando la Navidad y a los barceloneses”. Asimismo el presidente del Grupo Popular en el Ayuntamiento ha comparado a la alcaldesa con el personaje de ficción Grinch que quiere robar la Navidad, y en consecuencia, personaje que arruina todos los momentos alegres de otros. Alberto Fernández ha presentado un vídeo con gran éxito en redes sociales con el #AdaGrinch donde insta a los barceloneses cansados de la laicidad impuesta por la actual alcaldesa a que “denuncien“ este polémico belén. Precisamente las redes sociales llevan varios días incendiadas por el enfado masivo de los ciudadanos que ven como la alcaldesa les roba la Navidad y hace de las tradiciones un espectáculo bochornoso.

Otros líderes de la oposición como Carina Mejías han criticado el pesebre abstracto afirmando que Colau “hace el ridículo convirtiendo la Navidad en el solsticio de invierno…” y ha manifestado a través de un comunicado que Ada Colau quiere imponer “una ideología laicista”.

EL BELÉN DE COLAU

¿Dónde termina la libertad de expresión y empieza la agresión al catolicismo?

Esferas trasparentes inflables imitando bolas de cristal, Reyes Magos sustituidos por tres figuras de la cultura catalana, belén flotante compuesto de siluetas blancas sostenidas por mástiles de madera… ¿innovación o despropósito?. Además la alcaldesa  no autorizó ya en el 2015 la colocación de la pista de hielo en la plaza Cataluña, cuyo proyecto fue impulsado por la Fundación Barcelona Comerç como atractivo navideño para animar las ventas comerciales en el centro de la ciudad y atraer público venido de otros puntos de Cataluña. La pista de hielo  además hacía las delicias de pequeños y mayores, aunque para la alcaldesa era “poco sostenible tanto económicamente como medioambientalmente” que sustituyó este emblema de la Navidad barcelonesa por una feria de consumo responsable. Además la alcaldesa es la máxima responsable de la austera iluminación de las calles barcelonesas que no sólo decepciona a los comerciantes sino que apaga el espíritu navideño de los barceloneses.



Y por último, las RRSS tampoco quisieron pasar por alto que Ada Colau, alcaldesa de Barcelona, en su perfil de twitter no haya hecho ninguna referencia a la celebración de la Navidad y que lo justifica diciendo que es un país laico, pero por otro lado, no tiene ningún reparo en felicitar a los musulmanes el Ramadán.

A nadie se le escapa que la alcaldesa de Barcelona no simpatiza con las fiestas navideñas, en Navidad de 2015, «su primera Navidad» evitó referirse a ellas y, en su lugar, pedía a los barceloneses a «celebrar el solsticio de invierno«, según aseguraba la alcaldesa «hay maneras alternativas de vivir la Navidad de una manera diferente».

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