La Banca Italiana entre las cuerdas






Tras el Brexit, hay otra amenaza sobre el horizonte de Europa: la banca italiana. Tras la sacudida de los mercados europeos, después de darse a conocer los resultados del referéndum en el Reino Unido, se plasmó de forma alarmante la difícil situación por la que atraviesa el sistema bancario en Italia. Los tres bancos más importantes de Italia: Unicredit, Banca Popolare y MPS cayeron en bolsa más de un 20%.  Banca Monte Paschi di Siena ( MPS) considerado el banco más antiguo del mundo( fundado en 1472) presenta el mayor déficit de su historia, necesitando  reducir los créditos morosos en 10.000 millones de euros.

Por primera vez en su historia. Italia se enfrenta a una caída estrepitosa de la banca italiana.

Desde el estallido de la crisis en 2008, la banca italiana entró en una dinámica de incapacidad de pago y quiebras. Italia se negó a realizar
reformas confiando en una recuperación a largo plazo, una recuperación que no ha llegado.Tras ocho años llevando a cabo una pésima gestión económica y sin una recuperación económica real, la banca italiana ha entrado en una vorágine autodestructiva. Los préstamos irrecuperables o dudosos por valor de 360.000 millones de euros (el equivalente a la quinta parte de la actividad económica del país) han puesto al sistema financiero italiano contra las cuerdas.




El origen de esta crisis financiera no está claro, aunque quizás la legislación italiana con respecto a los préstamos ha sido una de las causas que se barajan. Empresas en bancarrota, particulares insolventes y una crisis de morosidad han llevado a la cuarta economía de la UE y, la tercera de la Eurozona a tener una morosidad del 18%. Con este panorama la inversión en Italia se ha retraído, tanto de inversores nacionales como internacionales, los bancos no reciben nuevo capital  y sin capital propio la banca italiana se dirige al abismo.

Italia quiere ahorrarse las duras condiciones que Bruselas ha impuesto a otros países.

El primer ministro , Matteo Renzi, acudió a Bruselas y presentó un plan para rescatar a los bancos italianos con dinero público. La intención es que la U.E. le de una inyección de 40.000 millones. Europa endureció en 2015 una normativa aprobada en 2013, por la que se deja claro que sólo se puede inyectar capital público en los bancos solo si primero asumen pérdidas los accionistas, los titulares de la deuda y los depósitos por encima de 100.000 euros. Si hace falta más dinero ,como ocurre en Italia, se tendrá que llevar a cabo bajo supervisión europea como ocurrió en España con las cajas de ahorros.

El primer ministro quiere rescatar a las entidades bancarias más solventes, pero , a su vez quiere evitar todo control por parte de la Unión Europea.
En estos momentos,  el Gobierno de Renzi está llevando a cabo una negociación a cuatro bandas entre Roma, Berlín, Fráncfort y Bruselas. Parece que han llegado a un acuerdo para realizar una recapitalización preventiva, de esta manera evitarán pérdidas millonarias entre los pequeños inversores.Roma ha invocado las cláusulas de excepcionalidad incluidas en la normativa vigente. El acuerdo definitivo no se conocerá hasta finales de julio.
Aunque Europa aporte esta inyección a la banca italiana, la recuperación económica va a tardar en llegar  y va estar supeditada a peligros debido a la volatilidad de su mercado financiero.



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