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La alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena (Ahora Madrid), ha admitido este jueves la posibilidad de que antes de que finalice su mandato en 2019 la Gran Vía madrileña pueda quedar totalmente libre de coches. Carmena ha señalado que el Ayuntamiento espera que acabe el plan provisional de cierre al tráfico de esta Navidad para sacar conclusiones. No obstante, ha considerado que el incremento de las zonas peatonales en las grandes ciudades son un fenómeno «imparable e interesante». «Como Ayuntamiento responsable vamos a evaluarlo», ha incidido.
Alberto Ruíz-Gallardón ya intentó la peatonalización de la Gran Vía y se demostró que era totalmente inviable.
Esta Navidad el Ayuntamiento de Madrid ha decidido reducir a dos carriles la calzada para los vehículos de la Gran Vía. El acceso a la principal arteria madrileña se ha permitido solo a los coches de residentes, taxi, moto, bicicletas, autobuses, vehículos alquilados con conductores privados, los de «cero emisiones» y los de empresas de paqueterías. Las aceras han sido ampliadas a través de vallas instaladas en la calzada, y en los presupuestos del próximo años está prevista una partida para que esta extensión se haga realidad.
¿Era necesario hacer esta prueba piloto de peatonalización de la Gran Vía precisamente en estas fechas tan señaladas?
Todo apunta a que el plan de reducción del tráfico en la Gran Vía de esta Navidad es la prueba general de un planteamiento más grande, dirigido a peatonalizar esta arteria y las calles del centro. La misma alcaldesa consideró esta propuesta como lo «más ambiciosa» para el futuro de la ciudad, pese a que en los primeros días de aplicación de cierre al tráfico no fueron pocos los conductores que se quejaron por las congestiones en las calles colindantes a la zona restringida.
Por este motivo, el Consistorio avanza con cautela. Ha aplicado una medida restrictiva invocando un «nuevo concepto de Gran Vía», y en estos días ha emitido varios comunicados en los que ha calificado de «positiva» la puesta en marcha de su plan. Por su parte, Rita Maestre, portavoz del gobierno municipal, admitió el miércoles que «todo es mejorable» y que para tener una visión global sobre los efectos del cierre al tráfico en el centro hace falta esperar a que finalice el plan provisional, el día 8 de enero de 2017.
En esa misma línea se ha expresado la alcaldesa este jueves en una entrevista radiofónica en la cadena Onda Cero. «Las medidas nuevas se preparan y, después, se evalúan los resultados», ha afirmado la regidora. «Con más calma se verán después de la campaña de Navidad, con todos los datos de las bases generales del control de una ciudad», ha recalcado para reivindicar un planteamiento innovador pero bien medido.
La oposición al completo pide a Manuela Carmena que antes de tomar una medida prevea las consecuencias.
Precisamente, lo que la oposición y la Comunidad de Madrid le han reprochado al gobierno municipal, al calificar su actuación de improvisada y poco coordinada con el Consorcio Regional de Transportes, responsable de los servicios de transportes públicos, metro y autobuses. En cuanto a los temores de los comerciantes del centro, preocupados de asistir a un éxodo de clientes hacia las zonas periféricas, Carmena ha defendido que los datos manejados por el Consistorio reflejan una mejora de la actividad comercial con respecto a otros años.
El 30% del total de las ventas anuales de los comercios de la Gran Vía, se producen en estas fechas.
¿Qué pensará eduardo Leira sobre la peatonalización de la Gran Vía? y ¿el padre de carmena que tenía una sastrería en la misma Gran Vía?
Fuente: Carmena ve “imparable” la peatonalización de la Gran Vía | Madrid | EL PAÍS