El ex presidente de la Generalitat José Montilla (PSC) declinó hacer tándem con Maragall en las elecciones catalanas del 2006, y asegura que el ex presidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero (PSOE) prefería que Artur Mas fuera presidente después de aquellos comicios antes que él.
Son algunos de los pasajes que Montilla explica en el libro «Claro y Catalan». Testigo de cuatro años de presidencia’ (RBA, la editorial que dirige Ricardo Rodrigo), que ha escrito con la colaboración del periodista Rafael Jorba, y en que repasa las vivencias e impresiones de su experiencia al frente del segundo tripartito de izquierdas (2006-2010).
Montilla repasa por primera vez en profundidad su relación con Maragall, al cual le reconoce la responsabilidad de haber liderado el primer tripartito, y asegura que ni el PSOE ni el PSC vetaron que repitiera como candidato una segunda legislatura.
El ahora senador del PSC explica que desde el partido se sugirió la posibilidad de hacer un tándem Maragall-Montilla como número 1 y 2 de la lista por Barcelona, pero que aquella idea no se materializó y finalmente Maragall quedó fuera y Montilla fue el candidato.
«El tándem era que yo fuera de número dos. Yo esto no lo veo, le dije. Y él me respondió: ‘No, bien es verdad que yo tampoco’. Y es Maragall quién toma la decisión de no presentarse. Yo se lo dejé muy claro: No seré candidato en tu contra», explica en el libro.
Montilla defiende el legado social y en autogobierno de los dos tripartitos, a pesar de que le reprocha a Maragall una falta de «liderazgo» en el tema del Estatuto, y asegura que él no hubiera expulsado ERC del primer gobierno de izquierdas –como sí hizo Maragall— a pesar de que los republicanos votaron en contra de la norma en el referéndum.
La sentencia del Tribunal Constitucional (TC) sobre el Estatuto marcó la presidencia de Montilla, que ve aquel episodio como una «victoria política» del PP, y le reprocha que la decisión de recurrir el texto fue un flaco favor a la unidad de España que tanto defienden los populares porque el fallo dio alas al soberanismo.
«La unidad de España después de la sentencia del TC no es más fuerte sino más débil, y las relaciones entre Cataluña y España no son más apretones ni con más afecto, sino más distantes y con más desconfianza», reflexiona el ex presidente, que vincula la sentencia con la irrupción del debate soberanista.
RELACIONES PSC-PSOE
Montilla hace un balance ambivalente de la gestión de Zapatero; entre las valoraciones positivas, la apuesta por el Estatuto y su talante dialogante como presidente del Gobierno español; entre las negativas, haber reaccionado tarde a la crisis y haber intentado en ocasiones condicionar la política catalana desde Madrid.
De hecho, el ex presidente catalán asegura que Zapatero prefería que el entonces líder de la oposición en Cataluña, Artur Mas, fuera presidente de la Generalitat después de las elecciones del 2006 para garantizarse la estabilidad en el Congreso con una alianza con «el nacionalismo moderado».
Montilla asume que Mas y Zapatero pactaron antes de las elecciones que lista más votada en aquellos comicios gobernara Cataluña, y explica por qué no lo respetó y fue presidente a pesar de quedar segundo en los comicios: «El presidente del Gobierno español y secretario general del PSOE no era nadie para adquirir este compromiso».
Sobre las relaciones PSC-PSOE en el Congreso, Montilla considera que un grupo propio del PSC en el Congreso les daría «más visibilidad» pero no más autonomía, y argumenta que los intereses de los partidos entran a veces en contradicción porque los intereses de Cataluña y de España no siempre son los mismos.
EMPRESARIOS E INDEPENDENCIA
Montilla reprocha a Mas la ambigüedad de su transición nacional, y advierte a los empresarios que, tarde o temprano, tendrán que «tomar partido» claramente y decir si son partidarios de la independencia o que Cataluña siga formando parte de España.
El ex presidente valora positivamente la actitud del presidente de Planeta, José Manuel Lara, que ha tenido el «coraje» de posicionarse en este debate hace poco, cuando ha advertido que su editorial tendría que dejar Cataluña si se independizaba.