La cultura va mucho más allá del gusto por las bellas artes y las humanidades.
Que te guste disfrutar del Arte no te habilita como gestor del mismo. Que te guste visitar Museos, no significa que sepas gestionarlos. Que te guste la música Clásica, no significa que sepas tocar instrumentos o mucho menos dirigir una orquesta. La gestión de la cosa cultural exige algo más que la propia voluntad.
La formación y el conocimiento del entorno, son elementos característicos que determinan a la postre el resultado de un buen gestor cultural.
Tener una enciclopedia en casa no te convierte en catedrático de historia
La osadía es un valor que depende del contexto en que se utiliza. El osado es considerado intrépido y valiente. Eso sí, es una virtud que no necesita una constante demostración. Se podría decir que es una etiqueta que distingue.
Algunos autores doctos en la materia del aprendizaje opinan que la incompetencia puede ser inconsciente y consciente, en todas sus fases de una determinada acción. En cambio, la consciente es cuando conociendo el resultado final a obtener, conseguimos por medio del aprendizaje la consecución del beneficio deseado.
En resumen, según a quien se encargue la gestión cultural en las corporaciones autonómicas y locales, será directamente proporcional a la obtención de beneficios en el disfrute y uso de la Cultura.
Lo contrario, será la constatación palpable del comentario famoso de Carlos Herrera “en España siempre cabe un tonto más”.
Viceconsejero de Festejos de la Ciudad Autónoma de Melilla