El presidente de la Generalitat, Carles Puigdemomt, se ha sometido a una cuestión de confianza. Tras el pasado 8 de junio que el Pleno rechazó los Presupuestos de la Generalitat gracias al veto de la CUP y el resto de partidos de la oposición. El presidente se vio obligado a anunciar una cuestión de confianza (los presupuestos se encuentran prorrogados desde 2015).
Por primera vez en democracia, un presidente de la Generalitat ha de solicitar el respaldo del Parlamento catalán para seguir en su cargo. Puigdemont ha superado la cuestión de confianza con el apoyo de su propio partido, Junts pel Sí, (62 diputados), a los que se ha unido, como se preveía, los 10 diputados de las CUP, consiguiendo una mayoría independentista y garantizando la continuidad de Carles Puigdemont al frente del Parlamento de Cataluña. El resto de partidos de la oposición (suman 63 diputados) han votado en contra, tal y como anunciaron.
En la última parte del debate de la cuestión de confianza se han vivido momentos tensos entre Carles Puigdemont y el líder del PP catalán, Xavier García Albiol. el lider popular ha calificado de «ocurrencia» la propuesta de otro referéndum independentista.
«El proceso separatista sólo tiene una salida: referéndum o referéndum», manifestó un pletórico Carles Puigdemont.
Mientras se debatía la cuestión de confianza, la deuda financiera de la Generalitat sigue creciendo de manera alarmante. La deuda pública en Cataluña en el segundo trimestre de este mismo año creció en 2.479 millones de euros y se sitúa en 74.757 millones, convirtiendo Cataluña en la comunidad autónoma más endeudada. La deuda ya alcanza el 35’90% del PIB. A finales de año, el sobreendeudamiento del Gobierno catalán superaría los 80.000 millones de euros, según las cuentas presentadas por el propio Puigdemont, pues necesitaría prestados del Estado español 8.375 millones de euros para poder mantener el sector público catalán. Dicho de otra manera, la asfixia que está ahogando a la economía catalana es tal que necesita del dinero del Estado para poder mantener abiertos hospitales y centros de salud.
El Servicio Catalán de Salud volvió a incumplir este junio el plazo de pago a las farmacias, alcanzando una deuda que acumula la friolera de 208 millones de euros.
El 44% de las empresas que dejan Cataluña se instalan en la Comunidad de Madrid.
La diferencia entre las empresas que se instalaron con respecto a las que cambiaron su domiciliación a otras comunidades autónomas, muestra un saldo negativo muy perjudicial para las arcas catalanas, según Informa D&B.
La deuda de la Generalitat también salpica al Ayuntamiento de Barcelona. El Consistorio desde el 2011 (año que llega Xavier Trias a la alcaldía) presta dinero a la Generalitat para poder mantener los servicios sanitarios, educativos o culturales que pertenecen a la Generalitat. Tanto en el año 2014 como en el 2015, la Generalitat pagó parte de la deuda que mantenía con el Ayuntamiento de Barcelona gracias a los Fondos de Liquidez Autonómicos (conocidos como fondos FLA). Dicho de otra manera, las arcas del estado español solventan parte de la deuda que tiene la Generalitat con el Consistorio.
La alta presión fiscal y la inseguridad jurídica ante una hipotética independencia, hace que dos empresas al día se vayan a otra comunidad.
Ante esta delicada situación económica y la incapacidad demostrada para gestionar la economía catalana, desde la Generalitat se propone un nuevo referéndum o consulta soberanista. El coste aproximado de esta consulta ronda los 9 millones de euros. La misma cantidad se destinará a la creación de un DNI catalán, que se vinculará a la tarjeta sanitaria.
En las cuentas para este año se dobla el gasto previsto para su departamento de relaciones exteriores. Hay partidas presupuestarias dedicadas a seguir incidiendo en la deriva independentista. ¿ Un camino sin retorno hacia la independencia de Cataluña o un camino hacia el abismo?