Los árboles son fundamentales para nuestra existencia y la de todo nuestro ecosistema.
Aportan oxígeno, absorben los malos olores y agentes contaminantes que el ser humano provoca, nos protegen del sol, filtran y reducen la velocidad del viento, son fuente de alimento tanto para los seres humanos como para otros animales que se encuentran en la naturaleza, etc… es por ello, que su cuidado y mantenimiento debe ser una labor prioritaria para nosotros.
Los árboles tienen un papel principal en el buen desarrollo del ecosistema y son una pieza clave para el medio ambiente.
La tala de árboles es un trabajo delicado que suele ser conveniente dejar en manos de profesionales y empresas especializadas.
Pero en ocasiones los árboles caen enfermos (hongos, parásitos, etc..), las dimensiones alcanzadas suponen un peligro para su entorno incluso para él mismo, su crecimiento ha sido inadecuado y ha derivado en una inclinación peligrosa, sus raíces pueden afectar a los cimientos de edificios, casas, etc… y, por desgracia, la única solución que nos queda es talarlo.
La tala de árboles puntual no debe confundirse con la deforestación, una práctica que destruye la superficie forestal ocasionando un impacto dramático tanto para el ecosistema como para el medio ambiente. Aclarada la diferencia, si dentro de nuestra finca particular o comunitaria se debe llevar a cabo una tala de árbol o árboles debemos conocer ciertos aspectos antes de ejecutarla.
Talar un árbol es una tarea complicada que implica permisos administrativos previos, ratio de seguridad así como conocimiento en la materia y fuerza física.
El cuidado y mantenimiento de árboles que se encuentren en una finca o parcela particular o comunitaria es responsabilidad del propietario o propietarios, pero aún siendo la ordenanza de tala bastante similar en casi todas las comunidades autónomas, es la administración local o Ayuntamiento la encargada de dar los permisos o licencias necesarios para la labor, así como ejecutar un multa económica importante en caso de reealizar la tala de un árbol en altura sin consentimiento por el órgano competente. El caso más claro es en la Comunidad de Madrid, donde el talado o la poda de árboles se rige según la Ley de Protección y fomento del arbolado urbano, la cual indica que está prohibido talar árboles protegidos.
La tala de árboles, como ya hemos demostrado, no es una tarea fácil y casi imposible si la persona que la va a llevar a cabo no tiene fuerza y energía suficientes así como si carece de conocimientos en el tema. Además una vez talado o talados, y en caso que todo haya salido dentro de lo establecido, los residuos vegetales, ramas y el árbol en si deben ser trasladados de manera segura…. en definitiva, informarnos de cuánto cuesta talar un árbol y contratar una empresa que nos garantice un buen trabajo es la mejor solución.
