Ousmane Dembélé llegó al FC Barcelona en agosto de 2017 como sustituto de Neymar. El extremo francés se convirtió en el fichaje más caro de la historia del conjunto azulgrana (105 millones de euros fijos más variables). En su segunda temporada en el club, el joven de 21 años sigue teniendo problemas de adaptación, especialmente por su peculiar personalidad tanto dentro como fuera del terreno de juego. Una actitud que reflejó en el último partido ante el Sevilla FC, cuando el futbolista mostró una relativa parsimonia al calentar en la banda tardando hasta 10 minutos en entrar al campo ante la lesión sufrida por Leo Messi.
La falta de compromiso por parte de Dembélé se ha convertido en una tónica habitual en el FC Barcelona. Sin ir más lejos, en la reciente cita de la Champions League ante el Inter de Milán llegó casi media hora más tarde a la concentración previa al partido. Un retraso por el que Ernesto Valverde decidió no alinearle de inicio, cuando en lugares como 888Sport.es apostaban por la titularidad del francés ante la baja de Messi. De hecho, el entrenador azulgrana ni siquiera le mandó calentar en la banda durante el partido.
Los retrasos del francés en los entrenamientos también son habituales durante la temporada, al menos así lo asegura el periódico deportivo francés L’Equipe. Una muestra más del carácter despistado de un futbolista introvertido, tímido y muy joven que todavía no es consciente de las altas expectativas de uno de los clubes más importantes del panorama futbolístico mundial como es el FC Barcelona. Una actitud que ya le ha costado silbidos por parte de una afición que se ha cansado de ser paciente y lo que es peor, la falta de confianza de su propio entrenador.
Un estilo de vida muy cuestionado
El bajo rendimiento de Dembélé en el terreno de juego va de la mano de su cuestionable estilo de vida en Barcelona. Desde hace varios meses se habla de la preocupación de la directiva azulgrana con el futbolista francés, especialmente por su mala alimentación. El club tuvo que contratar a un cocinero para que velara por la alimentación del joven futbolista. Una medida drástica para evitar los malos hábitos alimenticios de un futbolista apasionado por la comida rápida. Una alimentación que hace a sus consumidores propensos a las lesiones musculares. A pesar de ello, Dembélé despidió a este cocinero y decidió contratar él mismo a una cocinera.
Un problema de alimentación que se une a su agitada vida nocturna en la ciudad condal. Una serie de factores que le están pasado factura en el terreno de juego en sus primeros años en el FC Barcelona. Hasta el momento, los aficionados azulgranas no han podido disfrutar del verdadero talento futbolístico de Dembélé. Un futbolista con una gran proyección por explotar y que cuenta con las cualidades necesarias para triunfar en España. Todavía tiene tiempo suficiente para darle la vuelta a la situación y demostrar su verdadero nivel, aunque para ello necesita cambiar su mentalidad para centrarse en lo que mejor sabe hacer, jugar al fútbol.
