Opinión sobre la inversión en inmuebles en 2025

Opinión sobre la inversión en inmuebles en 2025

En el complejo escenario del mercado inmobiliario español se esconde una «trampa» que afecta tanto a quienes quieren comprar como a quienes optan por alquilar.

Opinión sobre la inversión en inmuebles en 2025

Más allá de la aparente elección entre dos opciones, la verdadera cuestión radica en el desequilibrio estructural entre la oferta y la demanda.

Este factor que se manifiesta en el constante encarecimiento de los precios.

En un mercado regido por las leyes del capitalismo, el precio de equilibrio se determina únicamente por la interacción entre la oferta y la demanda.

En España, la demanda se ve impulsada por varios elementos: el baby boom que ha generado una mayor presión en la búsqueda de vivienda, el crecimiento de la población y la llegada de inmigrantes que diversifican el perfil de los consumidores, y el atractivo indiscutible de las grandes ciudades.

Los problemas del sector inmobiliario

Todo ello, en conjunto, mantiene la demanda en niveles elevados.

Sin embargo, la oferta de vivienda continúa siendo limitada, especialmente en aquellas zonas con alta demanda, lo que crea un escenario de tensión permanente.

Uno de los principales retos es la escasez de suelo finalista destinado a la construcción.

Durante años, el sector ha señalado la dificultad para disponer de terrenos adecuados, situación que se agrava con el encarecimiento de los materiales de construcción, el incremento en la mano de obra y la elevación de los estándares de calidad y seguridad en la edificación.

Estos factores combinados elevan el coste final de las viviendas, mientras que el crecimiento de los salarios y la renta disponible no sigue el mismo ritmo.

Así se ha generando una brecha cada vez mayor entre el poder adquisitivo de la población y el precio real de las propiedades.

Las finanzas personales y la compra de una vivienda

Asimismo, el entorno económico ha contribuido a acentuar este desequilibrio.

Las recientes reducciones en los tipos de interés, adoptadas por el Banco Central, han permitido mejorar el acceso al mercado hipotecario y, en teoría, facilitar la compra.

No obstante, esta medida también actúa como un estímulo para la demanda;  incrementando la presión sobre un sector ya saturado y haciendo que los precios sigan subiendo tanto en el mercado de compra como en el de alquiler.

El punto más importante de esta situación radica en que la comparación directa entre comprar y alquilar puede resultar engañosa.

Evaluar ambas opciones sin considerar la trampa inherente –la limitada oferta de vivienda– implica pasar por alto una variable determinante en el ajuste del precio.

La realidad es que, mientras la demanda se mantenga inalterada y la oferta no encuentre soluciones para ampliar su capacidad, la subida de los precios será una constante.

Además solo se verá modificada cuando se produzca un descenso significativo en la demanda, un escenario que, en el corto plazo, parece poco probable.

Ante este panorama, es esencial que tanto compradores como inquilinos y potenciales inversores analicen en profundidad el contexto del mercado inmobiliario.

Las decisiones de inversión o de arrendamiento no deben tomarse únicamente sobre la base de cifras actuales, sino que han de contemplar la sostenibilidad del mercado a largo plazo y la posibilidad de que la situación estructural se mantenga o incluso se agudice en los próximos años.

En este sentido, se hace imprescindible promover políticas que faciliten el acceso a terrenos adecuados y estimulen la construcción.

Sin olvidar la necesidad de que los ingresos de la población se ajusten de manera coherente a los nuevos niveles de precios.

Reflexionar sobre estos aspectos es crucial para poder anticipar cambios y adaptarse a un entorno en constante evolución.

La verdadera trampa no es la elección entre comprar o alquilar, sino la subestimación del factor estructural que determina el precio de la vivienda.

La dificultad de acceder a la propiedad de una vivienda

Por otro lado es importarte destacar que no todo ciudadano puede acceder a la copra de una vivienda.

La primera limitación en cuánto dinero hay que ahorrar para comprar una vivienda, este obstáculo deja fuera del mercado inmobiliario a un gran porcentaje de la población española.

Estos deben dirigirse al alquiler de su vivienda habitual, que al crecer la demanda a la vez que disminuye la oferta, los precios a pagar se disparan.

Entender este mecanismo es clave para formular estrategias más realistas y sostenibles, tanto a nivel personal como institucional.

En un mercado que seguirá marcando tendencias y desafiando las expectativas en los próximos años.

Esta es la opinión personal sobre la inversión en inmuebles en 2025 del autor:

Jesús Barreña -Finanzas personales e inversión en inmuebles-

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