Los cinco efectos fatales por la ausencia de gobierno para la economía española.
La economía española está entre la espada y la pared:
Tras el resultado incierto de las urnas el pasado 20-D, la inestabilidad también se ha apoderado de la política española. Las dudas y el escepticismo se ciernen acerca de la posibilidad de formación de un nuevo gobierno. La aritmética parlamentaria no ayuda a la creación de espacios de entendimiento entre unos y otros y tampoco ofrece una suma estable para echar a andar la nueva legislatura.
Pero, ¿cómo puede afectar este entorno a la economía española? ¿Cuáles son las consecuencias negativas de tener un gobierno en funciones con capacidad limitada para tomar decisiones en materia económica?
1- Reducción del PIB
Según un informe elaborado por BBVA Research, el alto nivel de incertidumbre en la política española provocaría que la tasa de crecimiento del PIB en 2016 se redujera en 0,5 puntos (del 2,7% al 2,2%). Y de cara a 2017, las perspectivas serían aún menos halagüeñas, dado que la tasa de crecimiento prevista podría descender a prácticamente la mitad (del 2,7% al 1,4%).
2- Frenazo a la creación de empleo
Los estudios de BBVA Research auguraban la creación de un millón de empleos entre 2016 y 2017. No obstante, de continuar en este clima de desconcierto, las previsiones del aumento de la ocupación se reducirían a unos 700.000 nuevos empleos.
La falta de nuevas inversiones y la fuga de empresas ante el miedo a la implementación de medidas populistas, daría al traste con la creación de centenares de miles de empleos.
3- Déficit público
España se había fijado un objetivo de déficit del 4,2% PIB con Bruselas. Sin embargo, nuestro país volverá a situarse por encima de este objetivo y los datos revelan que el déficit público de 2015 quedará en el 4,8% PIB.
Para 2016, las autoridades españoles se habían comprometido a reducir el déficit público al 2,8% PIB, pero a la práctica, difícilmente se situará por debajo del 3,5%.
Sin lugar a dudas, España deberá volver a renegociar sus objetivos de déficit con la Unión Europea si no quiere verse abocada a sacrificios traumáticos en forma de recortes sociales o subidas de impuestos. Por ende, la ausencia de un ejecutivo fuerte será un hándicap a la hora de abogar por flexibilizar las exigencias europeas.
4- Turismo
La inestabilidad política también podría comportar un duro varapalo para el principal dinamizador de la economía española: el turismo. En 2015, 1 de cada 7 nuevos empleos fueron creados por el sector turístico llegando a alcanzar una cifra total de 1,4 millones de afiliados a la Seguridad Social.
Fuentes de la Alianza para la Excelencia turística (Exceltur) estiman una pérdida de riqueza de 900 millones de euros si la inestabilidad política se alargara más de 6 meses; precisamente el escenario contemplado con la repetición de elecciones.
Después de unos años en los que España ha batido récords en recepción de turistas, la inseguridad jurídica implicaría un duro varapalo a las inversiones en construcción de nuevos establecimientos o rehabilitación de otros. Por consiguiente, a falta de inversión, la actividad económica se resentiría y se frenaría la creación de empleo.
5- Ralentización del consumo interno
En el mes de enero, el Indicador de Confianza del Consumidor que publica el CIS bajó de los 107,4 puntos del mes de diciembre a los 99,1 puntos. Se vislumbran señales importantes en forma de percepción negativa de los consumidores y cierto grado de desconfianza hacia lo que pueda deparar el futuro.
De no hallarse una solución a la enrevesada situación política, se avecina una disminución del consumo de los hogares españoles y que la desconfianza acabe haciendo mella en empresarios, inversores y consumidores.
Por ello, si los partidos políticos no son capaces de encontrar una vía de escape para la formación de un gobierno estable y reformista, España corre el riesgo de echar por la borda todos los sacrificios de los últimos años en unos pocos meses. Será imposible hacer frente a los complejos escenarios que pueda plantear la economía internacional con un gobierno en funciones, sin apenas margen para incidir en reformas de gran calado a nivel económico e institucional.
Artículo escrito por Andreu Marín
Regidor del Ayuntamiento de Sant Adrià del Besòs