La nueva Rusia de Peter Pomerantsev

La nueva Rusia. Nada es verdad y todo es posible en la era de Putin

La nueva Rusia es el título del libro de Peter Pomerantsev editado por la editorial RBA del editor Ricardo Rodrigo y que se ha presentado hoy en un acto en el Ateneu de Barcelona que ha contado con con la presencia de su autor y ha sido conducido por la periodista Rosa María Calaf.

El autor de origen ruso creció y se educó en Londres pero decidió volver a Rusia, la Rusia de Putin. De joven no pensó mucho en el país de sus progenitores pese a que su padre era escritor y poeta y su infancia estuvo llena de imágenes de Rusia. Para él Rusia es un país surrealista y maravilloso.

Cuando llegó a Moscú, en la era de Putin, la ciudad y el país se estaba transformando constantemente, tanto en su fisonomía como en sus modelos políticos. Su libro es el resultado de hacer que los rusos hablen de los rusos. Es un gran reportaje de este gran pueblo aunque parezcan personajes esperpénticos y no reales. Sus retratos son arquetípicos de lo que es la sociedad rusa. Es una sociedad en la que nadie cree en nada y todo se ve como una mascarada. Nadie cree en una ideología determinada de izquierdas o derechas.

Uno de sus personajes en el libro empezó como bohemio después se convirtió en el mayor ideológico de Putin y él fue quien definió la idea de una democracia blanda y maleable en la que el Kremlin controlaría todas las ideologías. Necesitaban una democracia gestionada pero que no era real. El Kremlin decidía quién debía protagonizar los debates políticos y que se debía decir en ellos.

Es un modelo autoritario pero diferente, más moderno, como pasa en Turquía, Venezuela y China. Los políticos rusos consideran el Kremlin como una orquesta de Jazz donde cada músico es libre de improvisar pero siempre tocando el mismo tipo de música.

El objetivo del libro de Pomerantsev es explicar como la gente vive en este mundo actual. Una de sus historias favoritas es la de una buscavidas o minera de oro. Fue a una academia para seducir hombres ricos. Su historia era bastante trágica y acabó sintiéndose totalmente perdida. Llega un momento en que la gente no sabe donde está viviendo y pese a que la riqueza no para de subir el número de suicidios aumenta.

Para Putin la televisión es esencial para transmitir esta confusión. Es la herramienta que construye la realidad rusa. Lo primero que hizo Putin al llegar al poder en el año 2000 fue tomar el control de los canales de televisión. Pero también hizo otra cosa, no intentó controlar la realidad sino crear una nueva. El régimen de Putin es una continuación del de Boris Yeltsin, no es lo opuesto como se hizo creer al mundo.

Hoy en día el ruso tiene la misma actitud que el antiguo ciudadano soviético, nadie se cree nada. Para el autor Vladimir Putin es un cínico, puede creer en tres cosas distintas cada día sin problemas. Es como la mariposa de Nabokov que cambiaba de color para huir de los depredadores. Putin no puede abandonar su posición porque correría el riesgo de perderlo todo y no es solo es un tema de dinero, hay también un componente mesiánico.

El público ruso es sofisticado, no es tonto, por eso el proceso de control debe ser también sofisticado. Hay conspiraciones dentro de conspiraciones. El pueblo llega a la conclusión de que no puede cambiar nada y asiste como espectador a los que se le presenta desde la televisión.  En 2001 hubo voces que alertaron de que Putin quería convertirse en un dictador pero el relato oficial que se impuso fue el que el viaje a la democracia iba a ser largo.

El autor de La nueva Rusia

El autor ve a Rusia como un país vanguardista y que puede ser en lo que se conviertan algunos países de occidente y que llegue a imponerse un modelo basado en la posverdad y las falsas noticias. Cree que Putin y Trump se van a entender bien. Ambos dirigentes creen que la verdad no es importante. Rusia nunca es una aberración, siempre suele ser la vanguardia de otros movimientos. Los que intentan denunciar la verdad son acusados de propagar noticias falsas y amenazados con la cárcel y eso ya empieza a pasar en otros países del mundo.

Rusia quiere minar occidente demostrando que el concepto de defensa mutua y de unidad es falso, esa es su estrategia.

En el turno de preguntas un asistente interroga a Peter sobre si el humor ácido del libro es una herramienta adecuada para definir un situación tan trágica como la actual, pero el autor cree Rusia no está tan mal como se cree. También aprovecha para explicar como hoy en día la rehabilitación de la, figura de Stalin se usa como factor de distracción.

Actualmente en Rusia hay grandes economistas que preparan planes de desarrollo pero el problema es que todo el sistema se basa en la corrupción y eso impide desarrollar esos planes. Mientras Rusia, se vea como un Imperio necesitará un régimen autoritario. Pero el autor cree que Rusia puede cambiar y evolucionar hacia un modelo de democracia occidental. No ve cuál puede ser el futuro de la era post Putin. La idea que se intenta vender es que sin Putin vendría el fascismo.

Respecto a la diferencia entre Estados Unidos y Rusia el autor matiza que en el caso de Rusia el país está controlado por una sola persona y en Estados Unidos no.

En Rusia hay pocos movimientos de izquierdas, la mayoría de intelectuales ven control estatal por todas partes y se van hacia el liberalismo.

Cómo colofón a la presentación el autor destaca que es mentira, que el destino de Rusia no es ser un país autoritario y que Putin no es sino ni de Rusia.

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