Ejercicio físico y estrés oxidativo

Ejercicio físico y estrés oxidativo

El ejercicio físico se suele relacionar con el bienestar y la salud pero también es necesario prestar atención a la intensidad de este ejercicio. Lo que autores como Vargas (2007) ha definido como el grado de exigencia de la carga del ejercicio, o dicho de una forma más sencilla lo rápido o lento que se hace el ejercicio. Es muy importante prestar atención a la intensidad para evitar efectos no deseados para la salud.

El Ejercicio físico y su intensidad

La intensidad refleja la velocidad a la que se realiza la actividad, o la magnitud del esfuerzo requerido para realizar un ejercicio o actividad. Se puede estimar preguntándose cuánto tiene que esforzarse una persona para realizar esa actividad. (OMS, 2012)

Una actividad física de baja intensidad implica un esfuerzo físico moderado y acelera de forma perceptible el ritmo cardiaco. Una de alta intensidad requiere gran cantidad de esfuerzo, provoca una respiración rápida y un aumento importante de la frecuencia cardíaca.

Una de las fórmula con las que se puede calcular el ritmo cardíaco máximo es «220 – edad». Por ejemplo, si una persona tiene 40 años de edad, su ritmo cardíaco máximo estimado sería de 220 – 40 = 180 pm.  (Merino y González)

Pero en 1978 se demostró por primera vez que el ejercicio físico podía conducir a un incremento en la peroxidación lipídica. Los investigadores Dillard y col. desarrollaron la hipótesis de que después de 60 minutos de bicicleta a 25-75% del VO2máx. la actividad física tiene el potencial de aumentar la producción de radicales libres y conducir al estrés oxidativo. (Pérez, 2006).

Radicales Libres

El estrés oxidativo es el resultante de un exceso de radicales libres de oxígeno en el cuerpo humano. Puede presentarse por dos mecanismos: por niveles bajos de antioxidantes, por ejemplo una mala nutrición, o a consecuencia de ciertas toxinas.  Los radicales libres son especies con uno o más electrones desapareados altamente inestables que hacen que reaccione con otras moléculas generando nuevos radicales libres.

Las  drogas, alcohol y otros agentes tóxicos producen radicales libres pero el proceso de la respiración normal también los produce lo que a la larga puede causar daño a las células musculares produciendo un incremento en la fluidez de la membrana, cambios en la estructura proteínica, alteraciones en la actividad enzimática, incapacidad de mantener gradientes iónicos, inflamación celular e inflamación del tejido. Las células que contienen preponderantemente grasas insaturadas, así como Hierro como parte de las estructuras de sus membranas (tales como las mitocondrias), parecen ser los más susceptibles al daño por radicales libres. (Del Castillo, 2000).

Ejercicio físico y estrés oxidativo

La actividad física vigorosa puede incrementar el consumo de oxígeno en 10 a 15 veces por encima del valor de reposo y eso produce un estrés oxidativo que conduce a la generación de radicales libres y peroxidación de lípidos. La mayoría del oxígeno consumido es utilizado en la mitocondria para la obtención de sustratos metabólicos y la producción de ATP. Varios estudios han indicado la relación entre el ejercicio físico, el incremento del consumo de oxígeno y la producción de radicales libres.  Se entiende que el ejercicio físico intenso y prolongado produce radicales libres causantes de la alteración de las membranas celulares y tiene una estrecha relación con el daño muscular. (Alarcón y Piñar, 2003 citados por Corrales, 2009).
Las defensas antioxidantes existentes en el cuerpo son suficientes y adecuadas para prevenir un daño sustancial a los tejidos, sin embargo, no hay un exceso ilimitado de estas sustancias, y una sobreproducción de radicales libres por un ejercicio continuado o una caída en el nivel de las defensas antioxidantes produce los daños conocidos como estrés oxidativo.

Todas las células están permanentemente produciendo radicales libres, moléculas con electrones desapareados es un proceso natural y constante. El daño que los radicales libres provocan en los diferentes tejidos, se debe a que ellos reaccionan químicamente con los lípidos, proteínas, carbohidratos y ADN. (Sánchez et al, 2011). La actividad física moderada aumenta el sistema de defensa antioxidante. Sin embargo, el intenso entrenamiento físico aeróbico y anaeróbico con la competencia produce aumento del estrés oxidativo que es el que puede causar daños.

Para analizar estos proceso se han realizado estudios como el de 2009 con 13 jugadores de baloncesto de la liga profesional de baloncesto (ACB)  (Schroder; Navarro; Mora; Galiano; Tramullas, 2001) y otra investigación con el objetivo de determinar el efecto del entrenamiento y la carga de la competencia en el estrés oxidativo, el estado antioxidante y los niveles de vitamina en jugadores de baloncesto. (Pérez, 2006).

Antioxidantes

En el caso de las personas que practican ejercicio físico con frecuencia los antioxidantes pueden contrarrestar el aumento de radicales libres que se produzcan cuando las células musculares se someten a un gran esfuerzo físico, ya sea de fuerza o de resistencia. La mayoría de atletas jóvenes suelen parecer más mayores debido al daño producido por el estrés oxidativo, el esfuerzo intenso, las lesiones o el envejecimiento cutáneo provocado por el sol al hacer deporte al aire libre.

Existen diferentes tipos de Antioxidantes:

  • Antioxidantes de Prevención (serían aquellos sistemas que previenen la formación de radicales libres)
  • Antioxidantes Eliminadores de Radicales Libres, llamados Scavengers (que se unen con el radical libre)
  • Sistemas Enzimáticos de reparación de los daños de los Radicales Libres.

También hay Antioxidantes liposolubles (Vitamina E) e Hidrosolubles (Vitamina C). Los hay que tienen una Acción General (Super óxido dismutasa SOD) o Acción más Localizada (Vitamina A, a nivel del hígado y a nivel epitelial) y pueden actuar dentro de la célula (Intracelular) o fuera (Extracelular).

El organismo es una “maquina perfecta” y lo que se afecte en algún lado repercute en otro. El entrenamiento deportivo debe conocer y respetar la forma de de comportarse del cuerpo humano para que en el entrenamiento se consiga un mejor rendimiento pero nunca a costa de la propia salud del atleta.

Una opción preventiva que deberían tomar los deportistas y aficionados que realicen ejercicio físico continuado es tomar algún suplemento alimenticio que combata los efectos de los radicales libres. Existe una gran variedad de ellos en el mercado como por ejemplo el Regis Cardio un tonificante cardiovascular y antioxidante que tiene componentes como Omega-3, coenzima Q10 y resveratrol que ayuda a mejorar del rendimiento físico, reducen la sensación subjetiva de fatiga y el daño muscular y aceleran la recuperación tras un esfuerzo intenso de fuerza isométrica.

Fuente: El estrés oxidativo en la actividad física y deporte por Juan Matias Luciano

 

Puedes comprar suplementos alimenticios en Amazon que contenga resveratrol. Es un polifenol que se considera como uno de los antioxidantes más potentes. También es uno de los componentes claves para el científico David Sinclair en sus recomendaciones para el rejuvenecimiento.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Uso de cookies

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies

ACEPTAR
Aviso de cookies