Consejos para prevenir las pérdidas de memoria

Consejos para prevenir las pérdidas de memoria

El ejercicio es imprescindible para el mantenimiento de un buen estado de salud. Es una forma de prevenir enfermedades y permite afrontar el paso de los años con buenas perspectivas y calidad de vida. Pero el bienestar general no depende únicamente del aspecto físico, también es necesario prestar atención a la mente. De nada sirve estar en plena forma si no dedicamos unos minutos a ejercitar el cerebro y mantenerlo activo.

El cerebro, como el resto del organismo, se deteriora con el paso de los años. El primer efecto conocido es la pérdida de memoria, pero también surgen otras complicaciones, como la falta de concentración y la pérdida de la capacidad cognitiva. Por eso conviene ejercitar el cerebro. Si ejercitamos nuestra mente adecuadamente podemos retrasar esos efectos y evitar que el declive se manifieste antes de lo previsto.

Los estudios clínicos corroboran estas afirmaciones. La revista The Lancet Neurology, un referente en la divulgación de noticias relacionadas con la neurología, ha publicado diversos análisis sobre la importancia del ejercicio mental. Actividades como leer, escribir, hacer sudokus o jugar a las cartas son mucho más que un puro entretenimiento; son una forma de reforzar la actividad neuronal y proporcionan al individuo un bienestar añadido.

Los beneficios del ejercicio mental abarcan múltiples aspectos:

  • Prevención de las pérdidas de memoria
  • Mejora en la capacidad de razonamiento
  • Mejora de la velocidad de procesamiento de la información
  • Mantenimiento de las actividades y habilidades relacionadas con la vida cotidiana, como cocinar, administrarse los medicamentos o manejar las finanzas del hogar.
  • Desarrollo de nuevas conexiones neuronales
  • Prevención de la demencia senil
  • Ralentización de la evolución de la enfermedad del Alzheimer

El entrenamiento mental puede realizarse de muy distintas formas. Hay ejercicios específicos que despiertan la actividad neuronal, pero también se puede desarrollar con la realización de actividades cotidianas que requieran concentración y esfuerzo de memoria.

  • El juego

Los juegos de mesa son extraordinariamente útiles para entrenar la mente. Cualquier juego de cartas puede servir para despertar la capacidad de razonamiento, pero uno de los más aconsejables es el póker. Esta modalidad de juego, considerada oficialmente como un deporte mental, requiere buenas dosis de cálculo matemático. Y si no se tienen contrincantes a mano, siempre se pueden disputar partidas de póker gratis apuntándose a un casino online. Los nuevos abonados a estos casinos suelen disfrutar de bonos de bienvenida, con lo que el entrenamiento no costará dinero en las primeras partidas.

Otros juegos recomendables son el mus, el bridge y la brisca, en los que el cálculo y la intuición tienen también un papel protagonista. Además de los juegos de cartas, también resultan adecuados el ajedrez y otros divertimentos sociales, como por ejemplo el dominó. Es un juego de mesa muy apreciado entre la gente mayor, que requiere agudeza, rapidez de pensamiento y cálculo mental.

  • Repaso a las actividades diarias

Mediante este sencillo ejercicio es posible experimentar una notable mejora de la memoria. Se realiza en el momento de ir a dormir y consiste en repasar la actividad realizada durante todo el día, desde el momento de levantarse hasta el instante de meterse en la cama para descansar. Mientras más exhaustivo y minucioso sea el repaso, mucho mejor.

Conviene acompañar el ejercicio con una visualización. Esta reproducción mental de la jornada es un trabajo de memoria excelente que convendría repetir a menudo, a ser posible, diariamente.

  • Ejercicios de memorización de espacios

Una forma de desarrollar la memoria visual es observar durante un minuto los objetos que entran en nuestro campo de visión e intentar recordarlos. Es interesante ir apuntando en un papel todos los elementos que nos vengan a la mente para después comprobar el grado de acierto.

Una variante de este ejercicio consiste en entrar en una habitación, localizar 5 objetos e intentar recordar a posteriori su ubicación exacta. Para reforzar la práctica, convendría repetir el ejercicio dos horas más tarde sin haber entrado en la habitación en ningún momento.

  • Activar distintas áreas cerebrales

Una parte importante de nuestra actividad mental tiene una relación directa con la vista. A través de ella realizamos una labor de reconocimiento y establecemos relación con el entorno. Pero también es importante activar otros sentidos. De esta manera, estaremos obligando a trabajar a distintas áreas del cerebro.

Una forma de hacerlo es, por ejemplo, cerrar los ojos y trabajar el tacto o el olfato. Una práctica sencilla es intentar

calcular el dinero que llevamos encima tocando las monedas. Lo mismo podríamos hacer con el olor: intenta identificar los aromas en tus salidas al campo y ponles nombre.

La concentración en el sonido también es muy interesante y constituye a la vez un ejercicio de meditación. Es tan fácil como cerrar los ojos e intentar diferenciar los sonidos que van llegando a nuestros oídos. Otra forma de hacerlo es poner una pieza musical e identificar los instrumentos que intervienen.

  • Aprender cosas nuevas

El aprendizaje es una de las herramientas más poderosas para potenciar la actividad cerebral. Cualquier iniciativa es válida. Apuntarse a un taller de cualquier tipo, asistir a clases de música, aprender un nuevo idioma… son recursos que ayudan a mantener la mente despierta. En este sentido, las nuevas tecnologías son un gran aliado. Un sector importante de la tercera edad ha encontrado una motivación para aprender asistiendo a clases de informática y navegando por internet.

  • La importancia del descanso

Para tener una mente activa y despierta es fundamental disfrutar de un sueño reparador. Un descanso insuficiente puede provocar falta de concentración, obstaculiza el aprendizaje y afecta a la capacidad de memoria.

Si queremos propiciar un buen descanso nocturno debemos intentar mantener unas rutinas regulares, hacer una cena ligera y evitar actividades que dificulten la conciliación del sueño (ejercicio físico antes de dormir, uso de móviles o pantallas de ordenador, etc.). Otro elemento fundamental es eliminar el estrés. El nerviosismo y la ansiedad son enemigos del descanso y afectan directamente a la salud mental. Una buena herramienta para combatirlos es la meditación; además fomenta la creatividad y mejora la capacidad de aprendizaje.

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