La importancia del arbolado en las alergias estacionales

La importancia del arbolado en las alergias estacionales

La llegada de la primavera trae consigo una serie de transformaciones ambientales que afectan directamente a la salud de las personas y, por lo tanto, las alergias estacionales.

El clima es más agradable, los días son más largos y la vegetación vuelve a florecer pero no todo es tan positivo, una parte importante de la población padece lo que se conoce como alergia estacional.

Desde finales de marzo hasta mediados de junio más de 8 millones de personas alérgicas en España (según datos de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica) sufren un calvario en el que la mucosidad, los estornudos, la irritación de ojos, cansancio, dificultad para respirar e, incluso, cambios en su temperatura corporal son una constante debido, en gran parte, al polen de los árboles.

Diversas especies de árboles que liberan su polen durante la estación primaveral son las causantes de estos síntomas.

La Poda de árboles en el área urbana es necesaria ya que ayuda a reducir el impacto del polen en las alergias estacionales.

Las alergias son respuestas exageradas del sistema inmunológico al entrar en contacto con determinadas sustancias, llamada alérgenos entre los que se encuentran desde alimentos, insectos, medicamentos, etc….

La aparición se recrudece en primavera ya que unos de los grupos de alérgenos más frecuente son los pólenes y, en concreto, el que proliferan por el aire algunas especies que durante esta estación se pueden encontrar en concentraciones muy altas.

La importancia del arbolado en las alergias estacionales

Por otro lado, la primavera no es la única época del año que son patentes los síntomas de la alergia relacionada con los árboles, el tipo específico de polen al que sea alérgica una persona determina en qué época aparecerán sus síntomas.

Para ser alergénico un grano de polen debe tener sustancias reconocidas como inmunológicamente dañinas para el individuo y su potencial alergénico puede clasificarse en: bajo, moderado y fuerte y según su intensidad estas especies arbóreas pueden plantarse en áreas urbanas en mayor o menor cantidad o, incluso, la imposibilidad de ubicarlas en zonas urbanas.

Para que el arbolado minimice la repercusión de su polinización anemófila en la salud de los ciudadanos es necesario establecer un calendario de podas, sobre todo en las grandes urbes como Madrid y Barcelona ya que de forma natural se reduce la floración y, por tanto, la disminución de los niveles de pólenes asociados a las alergias.

La poda de árboles debe llevarse a cabo por profesionales del sector que garanticen un buen trabajo tanto para la salud del árbol como para la salud de los ciudadanos, en este caso concreto.

El plátano de sombra, el árbol urbano de toda la vida, es uno de los mayores causantes de alergias en las grandes urbes.

Algunas de las especies de árboles más “peligrosas “ para las personas que sufren alergias son: plátano de sombra (muy frecuente en las ciudades de toda España pero sobretodo en los municipios de la costa mediterránea, su polen es altamente alergénico).

Por otro lado, nos encontramos con el olivo (también muy frecuente en la Península en las zonas de producción de aceite), abedul (ubicado en la cornisa cantábrica, ataca sobretodo a las vías respiratorias), la encina (presente en las zonas más frescas de nuestro país), aliso (su presencia es habitual en los márgenes de ríos y torrentes de agua), castaño (Galicia, Asturias y parte de León suelen contar con este árbol cuyo polen suele ser muy molesto), palmera, ciprés, sauce etc…

Mención especial merece el plátano de sombra, como hemos dicho anteriormente es uno de los árboles más habituales en las grandes urbes y lo encontramos ubicado en calles, avenidas y  parques a pesar de ser de ser uno de los principales causantes de las reacciones alérgicas en las ciudades.

El platano de sombra o vulgarmente mal llamado “platanero” representa el 25% y el 33% aproximadamente del arbolado de Madrid y Barcelona respectivamente a pesar de que su uso ha quedado restringido y ha ido siendo sustituido por otros árboles menos alergénicos.

Su polinización suele darse entre marzo y abril y es corta pero muy intensa, llegando en pocos días a unos niveles elevados llegando a sobrepasar los 2.000 granos de polen por metro cúbico de aire.

La relación de amor-odio con la primavera por parte de aquellas personas que sufren alergias primaverales derivadas del polen de los árboles tiene un fuerte fundamento.

Pero si además quieres ser previsor antes de que llegue la primavera es importante conocer cómo prevenir las alergias estacionales.

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