Si nos ceñimos a la definición de poda, esta significa cortar o quitar las ramas superfluas de los árboles, vides y plantas para que después se desarrollen con más vigor. Atendiendo a esta definición, el dilema de podar o no podar árboles está resuelto siempre y cuando se ejecute bajo estos parámetros de manera conservadora, correcta y bajo amplios conocimientos arbóreos.
La poda de árboles de altura está íntimamente vinculada a la situación en la que se encuentran los ejemplares. Si estos han sido plantados bajo asesoramiento de un jardinero o arboricultor, los ejemplares crecerán de manera natural dentro del espacio acorde a sus necesidades. En tal caso, la poda simplemente se basará en la eliminación de ramas secas, muertas o en mal estado o, lo que es lo mismo, una poda de mantenimiento.
Las podas salvajes son la primera causa de muerte de los árboles urbanos.
Suele verse con bastante frecuencia en nuestras ciudades tremendas mutilaciones o podas salvajes que sufren los ejemplares debido, principalmente, a una mala selección de la especie cuando se plantó el ejemplar. No existen árboles perjudiciales, sino plantados en lugares inadecuados. Como consecuencia de ello, pasados los años se originan graves problemas que “se intentan solucionar” a través de los diferentes tipos de poda. Por ello, a la hora de plantar cualquier especie arbórea en cualquier finca o jardín debemos contar con el asesoramiento de una empresa de jardinería.
¿Cuándo se debe podar o no podar el arbolado viario?
El problema se haya cuando encontramos árboles que en el pasado su presencia se redujo a ser un elemento ornamental. Antiguamente se menospreciaba su valor como bien de primera necesidad sin tener en cuenta la naturaleza del mismo.
Las podas del arbolado urbano deben establecerse sobre un objeto previo a la ejecución.
Los principales motivos para la poda del arbolado viario son las grandes copas o dimensiones. Estas con el paso de los años acaban ocultando señales de tráfico, dañando infraestructuras o interrumpiendo cableado, por ello, es importante una buena gestión del arbolado urbano. Ante esta situación que suele ser habitual en las grandes ciudades, podar o no podar debe ser una decisión asesorada, meditada y ejecutada por personal cualificado.
Aspectos a tener en cuenta antes de iniciar la poda de árboles.
En líneas generales la poda de árboles de hoja caduca debe realizarse cuando el árbol se encuentra en receso vegetativo, lo que comprende entre el final del invierno (cuando ya no existe peligro de heladas) y el inicio de la primavera. Además para realizar esta labor no basta con coger herramientas de poda y cortar, sino que, va mucho más allá. Existen diferentes aspectos a tener en cuenta antes de iniciar la poda de árboles:
- Objetivo. Existen diferentes objetivos según el tipo de poda a ejecutar: poda de formación (para dar la forma adecuada), poda de limpieza y mantenimiento (mantener la salubridad del ejemplar eliminando ramas rotas, viejas o enfermas), poda de saneamiento (eliminar ramas y ramillas que podrían provocar brotes de plagas) etc.
- Conocimientos arbóreos. Conocer la morfología y fisiología de la especie arbórea.
- Necesidades. Advertir los requerimientos del ejemplar en concreto, puesto que, en muchas ocasiones la ubicación de cada ejemplar da lugar a diferentes necesidades.
En resumen, podar o no podar depende del mismo ejemplar. Definir qué tipos de árboles se podarán, tamaño de cada rama, herramientas de poda adecuadas pero, principalmente, la razón u objetivo para tal actividad son las principales cuestiones.
Por todo ello, es conveniente para la salubridad del árbol y el buen trabajo que para la poda se contraten los servicios de una empresa de poda de árboles.
Redacción de Actualidad en eltitular.es