Oruga procesionaria en España, un habitante peligroso en nuestros bosques

Oruga procesionaria en España, un habitante peligroso en nuestros bosques

Durante el mes de otoño es frecuente que miles de familias se acerquen a contemplar los colores de la naturaleza, disfrutando de las suaves temperaturas de esta estación antes de que caiga el termómetro. Por ello, vivir la naturaleza acercándonos a bosques, senderos o parques naturales puede convertirse en una experiencia única.

Pero, lo que mucha gente desconoce es que existe un peligro silencioso que actúa durante esta estación sobre los árboles defoliándolos, la procesionaria del pino. La oruga procesionaria en España se ha convertido en un habitante habitual en nuestros bosques.

Este diminuto insecto cuando desciende de los árboles en primavera se convierte en un peligro para la salud pública. Por ello, es necesario en aquellas zonas donde se dé la presencia de actividad humana, se realicen tratamientos para su prevención y/o eliminación. En la actualidad, la endoterapia está considerada la mejor prevención contra la oruga procesionaria.

La oruga procesionaria y los bosques españoles.

Las masivas repoblaciones llevadas a cabo con coníferas en las últimas décadas en nuestro país unido al efecto del cambio climática que ha incrementado las temperaturas en toda la Península, ha propiciado un aumento tanto en su extensión como en la intensidad de esta plaga forestal. En sus inicios se encontraba solo en los bosques o áreas rurales de la cuenca mediterránea pero, en la actualidad, ha ido ampliando área geográfica pudiéndola encontrar fuera de su entorno natural alcanzando prácticamente toda España.

La oruga procesionaria en España, es un habitante tan peligroso en nuestros bosques que sus ataques son especialmente foribundos en los últimos años.

A día de hoy, es el insecto defoliador más importante de nuestros pinares, aunque también ataca a cedros y abetos. Además todas las predicciones apuntan a que las plagas arbóreas como la procesionaria van a incrementar, aún más si cabe, su expansión y virulencia. Por ello, es fundamental efectuar tratamientos contra la oruga procesionaria en otoño, antes de que descienda de los árboles y sea demasiado tarde.

La oruga procesionaria y su estado larvario en otoño.

Para poder prevenir o erradicar este peligroso habitante de los bosques españoles es necesario conocer su ciclo biológico, siendo su época más activa durante los meses más fríos del año. Es en otoño cuando este lepidóptero construye unos característicos bolsones en la copa de los árboles (similares a algodón de azúcar). En su interior se resguardará del frío invierno, mientras se alimenta de las acículas. Cada uno de estos bolsones puede llegar a contener hasta 300 ejemplares de oruga procesionaria, por lo que, todas estas orugas alimentándose acabarán por provocar una fuerte y agresiva defoliación en los ejemplares. Por tanto, otoño es la estación clave contra la oruga procesionaria.

Si al pasear por bosques, senderos o zonas urbanas observamos estos bolsones no solo debemos avisar al órgano competente, sino que, bajo ningún concepto debemos intentar tocarlo o extraerlo, ni tan siquiera con remedios caseros contra la procesionaria.

Tratamiento eficaz contra la procesionaria del pino.

Los pinos disponen de una capacidad de respuesta limitada para defenderse de la procesionaria, por ello, es necesaria la intervención de la mano del hombre para evitar su defoliación.

El método más efectivo contra la procesionaria del pino consiste en prevenir su aparición.

¿Por qué la endoterapia es la mejor solución para las plagas en árboles? A través de una inyección en el tronco, el producto químico se distribuye por el interior del árbol llegando a las acículas, alimento de la procesionaria del pino. Su aplicación no comporta riesgo alguno para personas o animales y es totalmente inocua para el medio ambiente. Además puede aplicarse a cualquier especie de árbol aunque sea de grandes dimensiones y actúa sobre todo tipo de plagas como el picudo rojo, la cochinilla, etc.

Por último, debemos recordar que sea el estado larvario que sea en el que se encuentre este habitante peligroso de los bosques españoles siempre debemos extremar las precauciones para no entrar en contacto con él.​

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