Las mascotas y los niños

Por regla general, los niñ@s adoran a las mascotas. En algún momento de su infancia piden con menor o mayor insistencia que sus padres les compren un animal de compañía. Lo primero que deben hacer sus progenitores es concienciarles que los animales no son juguetes y jamás deben verlo como tal. La presencia de una mascota en casa implica una serie de responsabilidades tanto para el menor como para sus padres. La introducción de un «miembro» más en la familia implica unos cuidados y atenciones puesto que sea cual sea la mascota, sus necesidades básicas como la higiene o alimentación tienen que ser atendidas por las personas de la familia. El pequeño asumirá ciertas responsabilidades pero los adultos también han de asumir que una parte de esas responsabilidades acabará recayendo sobre ellos. Por tanto, es mejor evitar el primer impulso y meditar bien sobre el paso a tomar.




Es fundamental elegir bien a nuestras mascotas y estar muy concienciados para darle una buena vida.

Es importante elegir bien la mascota para la que también hemos de tener en cuenta la edad del menor. Los niños de 2-3 años apenas controlan sus impulsos y no son conocedores de su fuerza lo que les lleva a poder golpear, empujar o agarrar a sus mascotas, por tanto, hámster, tortuga o peces no son los más recomendables a esta edad. A medida que crecen sus comportamientos cambian mejorando la interacción con los animales domésticos. También hay factores que nos ayudarán a tomar la mejor decisión en cuanto al tipo de mascota como son el espacio del que disponemos, el tiempo que puede dedicarle nuestr@ hij@ y los recursos económicos familiares.


Convivir con mascotas como perros o gatos desde pequeños refuerza el sistema inmunológico de los niños.

Una vez decidido el tener un miembro más en el hogar hemos de saber que no sólo hará compañía sino que aportará numerosos beneficios a nuestros hijos:

  • La presencia e interacción de un niño con una mascota favorece el desarrollo cognitivo pues aprenden las reglas de la comunicación no verbal a través de caricias y mimos, en definitiva, gracias a un continuo contacto físico.
  • Numerosos estudios demuestran que la convivencia de los niños con animales mejora la estabilidad socioemocional puesto que la relación entre ambos pasa por la aceptación mutua y amor sin juicios de valor.
  • A nivel físico está demostrado que el 60 % de los menores que tienen animales de compañía prefieren jugar y moverse con ellos antes que jugar con un vídeo-juego o ver la televisión, por tanto, incrementa y mejora el desarrollo psicomotor a través del ejercicio mediante el juego con su mascota.
  • El mero hecho de acariciar a la mascota ayuda a regular el ritmo cardíaco, la tensión arterial y reducir la ansiedad.Un relajante natural ideal para aquellos menores más nerviosos o hiperactivos.
  • Cuidar de su animal de compañía les ayuda a desarrollar el sentido de la responsabilidad y mejoran su autoestima gracias a la motivación de sentirse necesarios.
  • También les enseña a compartir su espacio vital y su tiempo.

Estos son sólo algunos de los beneficios que aporta la convivencia con animales en casa, eso sí, ante todo hemos de mantener una relación bidireccional con la mascota pues son seres vivos que necesitarán de nuestro cariño y cuidado toda su vida.

Las mascotas pueden ser también una gran ayuda terapéutica para niños con problemas de socialización.

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