Carles Puigdemont lleva a Cataluña hacia el abismo

El presidente de la Generalitat, Carles Puigdemomt, se ha sometido a una cuestión de confianza. Tras el pasado 8 de junio que el Pleno rechazó los Presupuestos de la Generalitat gracias al veto de la CUP y el resto de partidos de la oposición. El presidente se vio obligado a anunciar una cuestión de confianza (los presupuestos se encuentran prorrogados desde 2015).




Por primera vez en democracia, un presidente de la Generalitat ha de solicitar el respaldo del Parlamento catalán para seguir en su cargo. Puigdemont ha superado la cuestión de confianza con el apoyo de su propio partido, Junts pel Sí, (62 diputados), a los que se ha unido, como se preveía,  los 10 diputados de las CUP, consiguiendo una mayoría independentista y garantizando la continuidad de Carles Puigdemont al frente del Parlamento de Cataluña. El  resto de partidos de la oposición (suman 63 diputados) han votado en contra, tal y como anunciaron.

En la última parte del debate de la cuestión de confianza se han vivido momentos tensos entre Carles  Puigdemont y el líder del PP catalán, Xavier García Albiol. el lider popular ha calificado de «ocurrencia» la propuesta de otro referéndum independentista.

«El proceso separatista sólo tiene una salida: referéndum o referéndum», manifestó un pletórico Carles Puigdemont. 

El presidente de la Generalitat manifestó ayer su intención de convocar un referéndum sí o sí. Este se encuentra en su hoja de ruta hacia la independencia de Cataluña. Por su parte, expuso que lo ideal sería que este referéndum contará con el beneplácito del Estado, pero aunque no se llegase a ningún acuerdo, de todas maneras no hay vuelta atrás y los catalanes volverán a las urnas en otoño del 2017. El presidente de la Generalitat avanzó algunos detalles de la hoja de ruta, en primer lugar aprobar la estructura del Estado, tras ello, preparar la transición jurídica y legal y, por último, llevar a los catalanes a las urnas. También, destacó que Oriol Junqueras y Raül Romeva estarán al mando de la dirección y organización de esta consulta separatista.

Mientras se debatía  la cuestión de confianza, la deuda financiera de la Generalitat sigue creciendo de manera alarmante. La deuda pública en Cataluña en el segundo trimestre de este mismo año creció en 2.479 millones de euros y se sitúa en 74.757 millones, convirtiendo Cataluña en la comunidad autónoma más endeudada. La deuda ya alcanza el 35’90% del PIB. A finales de año, el sobreendeudamiento del Gobierno catalán superaría los 80.000 millones de euros, según las cuentas presentadas por el propio Puigdemont, pues necesitaría prestados del Estado español 8.375 millones de euros para poder mantener el sector público catalán. Dicho de otra manera, la asfixia que está ahogando a la economía catalana es tal que necesita del dinero del Estado para poder mantener abiertos hospitales y centros de salud.




El Servicio Catalán de Salud volvió a incumplir este junio el plazo de pago a las farmacias, alcanzando una deuda que acumula la friolera de 208 millones de euros.

El 44% de las empresas que dejan Cataluña se instalan en la Comunidad de Madrid.

El tejido empresarial también ha sufrido las consecuencias del camino secesionista que se lleva a cabo desde la Generalitat. Desde que Carles Puigdemont es presidente (enero de 2016) más de 200 empresas se han fugado de tierras catalanas y ya alcanza a 3.000 empresas desde el inicio del desafío separatista. La inversión extranjera cayó casi un 16% solo en el pasado año ante la incertidumbre del proceso separatista. Esta fuga de empresas provoca que Cataluña pueda sufrir una pérdida de 429 millones de euros en facturación durante este año 2016, Acompañada de la consecuente pérdida de miles de empleo.

La diferencia entre las empresas que se instalaron con respecto a las que cambiaron su domiciliación a otras comunidades autónomas, muestra un saldo negativo muy perjudicial para las arcas catalanas, según Informa D&B.

La deuda de la Generalitat también salpica al Ayuntamiento de Barcelona. El Consistorio desde el 2011 (año que llega Xavier Trias a la alcaldía) presta dinero a la Generalitat para poder mantener los servicios sanitarios, educativos o culturales que pertenecen a la Generalitat. Tanto en el año 2014 como en el 2015, la Generalitat pagó parte de la deuda que mantenía con el Ayuntamiento de Barcelona gracias a los Fondos de Liquidez Autonómicos (conocidos como fondos FLA). Dicho de otra manera, las arcas del estado español solventan parte de la deuda que tiene la Generalitat con el Consistorio.

La alta presión fiscal y la inseguridad jurídica ante una hipotética independencia, hace que dos empresas al día se vayan a otra comunidad.

Ante esta delicada situación económica y la incapacidad demostrada para gestionar la economía catalana, desde la Generalitat se propone un nuevo referéndum o consulta soberanista. El coste aproximado de esta consulta ronda los 9 millones de euros. La misma cantidad se destinará a la creación de un DNI catalán, que se vinculará a la tarjeta sanitaria.




En las cuentas para este año se dobla el gasto previsto para su departamento de relaciones exteriores. Hay partidas presupuestarias dedicadas a seguir incidiendo en la deriva independentista. ¿ Un camino sin retorno hacia la independencia de Cataluña o un camino hacia el abismo?

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